PADRE ADRIÁN FLORIS
El
Padre Adrián Floris, * 29-02-1928, + 28-02-2006.
Adrián es oriundo de la ciudad de Ámsterdam,
Holanda, donde nació el 29 de febrero de 1928 (año bisiesto). Después de sus
años de estudios habituales y el empleo de junior de una fábrica molinera hizo
su entrada en el seminario menor MSF a la edad de 18 años en el año 1946, entró
al noviciado en 1953 y fue ordenado sacerdote en el año 1956. Era un joven que
no llamaba mucho la atención, era amable, serio y devoto. Fue inspector
educador en el seminario menor durante un año y en seguida, por tres años,
formador de los candidatos a hermano religioso. Siguió siendo una persona que
actuaba en
silencio, callado y acogedor en su trato con los demás.
En el año 1964 fue nombrado para Chile, donde
durante 31 años, sucesivamente en las parroquias de Calbuco, Llanquihue y
Coquimbo, laboró con buenos frutos. No estaba interesado mucho en asuntos
tecnológicos. Se sentía a su gusto con preferencia en la pastoral hospitalaria pues era capaz de
consolar y de escuchar a los feligreses y acompañarlos en sus vivencias. No le
faltaba compresión para ellos, especialmente en el terreno de sus creencias y
manifestaciones de religiosidad popular.
A pesar de todo esto, el Padre Adrián siempre
mantuvo el deseo de volver a su patria. En 1976 escribió en una carta, “Creo
que no me costará mucho volver a Holanda”. En el año 1991 se hizo este
propósito y lo llevó a la práctica en 1996. No fue una persona de decisiones
rápidas. A partir de 1996 hasta 1996 se hizo superior religioso de la comunidad
MSF de Kaatsheuvel. Desde 1999 hasta 2004 fue superior en la Procura siempre
muy atento y dedicado a su función. En el año 2006, ya seriamente enfermo, se
trasladó a la casa central de Teteringen. En realidad le costó acostumbrarse y
orientarse. Afectado por demencia vascular andaba buscando y vagando sin rumbo.
Este hombre que siempre había mantenido una especie de actitud nostálgica hacia
una protección segura, tanto por parte de su familia como de sus cohermanos, no
encontró en este lugar un hogar que le brindara esta seguridad. Solo dos meses
duró su estadía en aquella casa, pues en el día 28 de febrero, que
habitualmente celebraba su cumpleaños, falleció a causa de un derrame cerebral.
Alguien
dijo: “Si pienso en Adrián me viene en mente la Bienaventuranza que dice:
”Felices los pacientes, porque recibirán la Tierra (prometida) en herencia”.
(Mat.5, 5.) Serán muchos los que piensan lo mismo… (Fuente: archivo holandés. Trad. Gaspar)