DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
San Lucas en su evangelio menciona la profecía de Simeón:“este Niño será signo de contradicción, y a ti misma, Madre, esto te atravesará el corazón”(Lc. 2, 35). Luego dice que “María guardaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón”(Lc.2, 51).
María, siendo la Inmaculada Concepción tiene el corazón inmaculado: totalmente ocupado en el cumplimiento de la Voluntad del padre, totalmente pendiente de las mociones del espíritu santo, y totalmente lleno de Jesús, su Hijo, el Hijo de Dios. Por eso es un corazón desbordante de alegría. Pero compartiendo tan a fondo la vida de su Hijo también es a la vez un corazón adolorido, traspasado por una espada. Las cosas que María meditaba en su corazón eran las cosas que sucedían en torno a Jesús, conforme a la Voluntad de Dios, las cosas que Él hacía, la obra de la salvación que Él estaba realizando. La inmaculada Virgen María era: puro corazón abierto, sensible, transparente, capaz de identificarse y compenetrarse plenamente con todas las cosas del Señor, y también con toda la realidad, especialmente con los hermanos e hijos que el Señor le confiaba. Ella es constituida por el Señor como: la “Madre” de ellos, y a la vez como la “ Señora”, la “ nueva Eva”, la Socia y Corredentora a su propio lado. Su actuación como tal se hace particularmente efectiva después de la glorificación de su cuerpo y alma.
En su corazón María meditaba las escrituras y fue descubriendo el cumplimiento y la culminación de la historia de salvación y de las profecías en la vida de su Hijo: el nuevo Adán, el nuevo Moisés, el nuevo José, el nuevo Josué, el Profeta, más que ningún otro, obrador de toda clase de prodigios.
El corazón de la Madre abriga todo lo que sucede a sus hijos, es siempre solícito, prodigioso para su bien, es siempre protector e intercesor.
La devoción al Corazón de María fue practicada y propagada por muchos santos. Ya San Ambrosio deseaba que el corazón de María fuera el suyo o estuviera en el suyo para amar al Señor. San Juan Eudes – en el siglo 17 –es conocido como el gran promotor de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, y para él los dos Corazones se fundían como en uno solo, tan compenetrados los consideraba el uno con el otro. San Antonio María Claret fundó en el siglo 19 la congregación de los hijos del Corazón de María. DEVOCIÓN AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA
San Lucas en su evangelio menciona la profecía de Simeón:“este Niño será signo de contradicción, y a ti misma, Madre, esto te atravesará el corazón”(Lc. 2, 35). Luego dice que “María guardaba cuidadosamente todos estos recuerdos en su corazón”(Lc.2, 51).
María, siendo la Inmaculada Concepción tiene el corazón inmaculado: totalmente ocupado en el cumplimiento de la Voluntad del padre, totalmente pendiente de las mociones del espíritu santo, y totalmente lleno de Jesús, su Hijo, el Hijo de Dios. Por eso es un corazón desbordante de alegría. Pero compartiendo tan a fondo la vida de su Hijo también es a la vez un corazón adolorido, traspasado por una espada. Las cosas que María meditaba en su corazón eran las cosas que sucedían en torno a Jesús, conforme a la Voluntad de Dios, las cosas que Él hacía, la obra de la salvación que Él estaba realizando. La inmaculada Virgen María era: puro corazón abierto, sensible, transparente, capaz de identificarse y compenetrarse plenamente con todas las cosas del Señor, y también con toda la realidad, especialmente con los hermanos e hijos que el Señor le confiaba. Ella es constituida por el Señor como: la “Madre” de ellos, y a la vez como la “ Señora”, la “ nueva Eva”, la Socia y Corredentora a su propio lado. Su actuación como tal se hace particularmente efectiva después de la glorificación de su cuerpo y alma.
En su corazón María meditaba las escrituras y fue descubriendo el cumplimiento y la culminación de la historia de salvación y de las profecías en la vida de su Hijo: el nuevo Adán, el nuevo Moisés, el nuevo José, el nuevo Josué, el Profeta, más que ningún otro, obrador de toda clase de prodigios.
El corazón de la Madre abriga todo lo que sucede a sus hijos, es siempre solícito, prodigioso para su bien, es siempre protector e intercesor.
La devoción al Corazón de María fue practicada y propagada por muchos santos. Ya San Ambrosio deseaba que el corazón de María fuera el suyo o estuviera en el suyo para amar al Señor. San Juan Eudes – en el siglo 17 –es conocido como el gran promotor de la devoción al Sagrado Corazón de Jesús y al Inmaculado Corazón de María, y para él los dos Corazones se fundían como en uno solo, tan compenetrados los consideraba el uno con el otro. San Antonio María Claret fundó en el siglo 19 la congregación de los hijos del Corazón de María.
En 1830 la Stma. Virgen se aparece a santa Catalina Labouré, pidiendo la confección de la medalla de su Inmaculado Concepción. Esta medalla “milagrosa” muestra a María como la “Señora de los rayos”, de cuyas manos brotan haces de luz: símbolo de las gracias divinas que ella dispensa. Esta luz, que brota de sus manos es la que envolverá después en 1917 a los pastorcitos de Fátima. El dorso de la medalla ostenta el Corazón de María, traspasado por la espada, junto al Corazón de Jesús, cercado de espinas. Es curioso que los dos Corazones son como intercambiables respecto a espinas y espada o lanza, se identifican el uno con el otro. El Corazón de María traspasado por la espada puede ser y es también realmente el Corazón de Jesús traspasado por la lanza en la cruz, y el Corazón de Jesús rodeado de espinas de la coronación puede ser y es también realmente el Corazón de María cercado de espinas, de que ella habla en Fátima. Es San Lucas que en su evangelio habla de las “2 espadas, que bastan”.(Lc. 22, 38 ). Es curioso que la Stma. Virgen pide que se lleve su medalla “ pendiente del cuelo” .Parece que quiere que los Sagrados Corazones estén sobre el nuestro.
Ciertamente la devoción al Inmaculado Corazón de María fue más que por ningún otro acontecimiento o acción promovida por las apariciones de María en Fátima, en las que ella misma la solicita expresamente.
Fue el 13 de Junio( Junio es el mes del sagrado Corazón de Jesús ) de 1917, en su segunda aparición a los pastorcitos, que la Stma. Virgen manifiesta que Dios quiere “ establecer en el mundo la devoción a su Inmaculado Corazón”. Lucía pedía a la Stma. Virgen que los llevara al cielo…(estaba movida por lo que los niños habían experimentado en la primera aparición, cuando en la luz brillante que salía de las manos de María se habían vistos como hundidos en el misterio del Dios viviente). Y María le responde entonces , que sí llevaría prontamente a Jacinta y Francisco, pero que ella misma (la Lucía ) se había de quedar un tiempo más en el mundo, porque “ Dios quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. A las almas que la abracen les prometo la salvación; serán amadas de Dios y serán como flores puestas por mí para adornar su trono”. Y le promete a la niña, que si ha de sufrir en el mundo que “ Su Corazón Inmaculado será para ella su refugio y el camino seguro que la conducirá hasta Dios”. Y cuando María pronuncia estas palabras abre nuevamente sus manos llenas de luz, la que explota y envuelve a los niños, los que nuevamente se ven sumergidos en Dios. Y en la palma de la mano derecha de la Virgen ven brillar un Corazón rodeado de espinas punzantes. Los niños comprenden, según Lucía después declara, que “este Corazón era el Corazón Inmaculado de María, ultrajado por los pecados de la humanidad y que reclama reparación “
El 13 de Julio, en la tercera aparición, María pide nuevamente que la gente rece el santo rosario y que haga sacrificios por los pecadores, y que lo haga con este ofrecimiento: “Oh Jesús, es por amor a Ti, por la conversión de los pecadores y en reparación de los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María”.Luego, abriendo nuevamente sus manos que proyectan la luz intensa, hace ver a los niños el infierno a donde van a parar las almas de los pobres pecadores, junto con los demonios que sufren ahí. Y repite que para salvar a los pecadores de la condenación eterna “ Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Corazón Inmaculado. Muchas almas se salvarán y habrá paz si hacen lo que yo pido…Vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Corazón Inmaculado, y la comunión reparadora en los primeros sábados del mes “.
En este contexto de la devoción a su Inmaculado Corazón María menciona la amenaza y la proximidad de otra horrorosa guerra – la segunda guerra mundial –en que el papa tendrá que sufrir mucho…..etc. “Pero por fin mi Corazón Inmaculado triunfará. El santo padre me consagrará Rusia, la que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz….
Lo que la Virgen anunció en la tercera aparición, que vendría a pedir la consagración de Rusia a su Corazón Inmaculado y la comunión reparadora en los primeros sábados del mes, lo cumplió efectivamente el día 10 de Diciembre de 1925, cuando ya habían ido al cielo Jacinta y Francisco. La Stma. Virgen se le apareció a Lucía, y junto a ella estaba el Niño Jesús sobre una nube luminosa. María, tocándole con una mano el hombro de Lucía, le mostraba en la otra su Corazón, rodeado de espinas. Y el Niño le decía :Ten piedad del Corazón de tu santísima Madre, que es herido constantemente por las espinas con que le clavan los hombres ingratos…y nadie hace un acto de reparación para arrancárselas”. Luego dijo María misma :” Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos a cada momento me clavan : con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, haz algo para consolarme, y di que a todos los que durante cinco meses , en el primer Sábado, se confiesen, reciban la santa comunión, recen el rosario y me hagan 15 minutos de compañía meditando los misterios del santo rosario a fin de desagraviarme, yo prometo asistir a estos hijos míos en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para la salvación eterna de sus almas”.
Nosotros, los devotos de María, cultivaremos la devoción al Inmaculado Corazón de María, si compartimos con ella sus sentimientos respecto al padre, al Hijo y al espíritu santo, buscando en todo el cumplimiento de la sagrada Voluntad del padre, buscando en todo la docilidad a las mociones e inspiraciones del espíritu santo, y buscando en todo la concentración de nuestro ser en la Persona de Jesucristo nuestro bendito Salvador y Maestro.
Oh Inmaculado Corazón de María, que estés en mí, para amar yo al Padre, al Hijo y al espíritu santo, y estar unido a ellos .Amén
JACULATORIA : “ Oh María, Corazón inmaculado y adolorido, Reconciliadora de los pecadores, ruega sin cesar por nosotros que recurrimos a ti “
P. CORNELIO FOUCHIER MSF