El terremoto no tan sólo remeció nuestras casas y pertenencias, sino que también nuestros corazones. Y producto de ello muchas personas volvieron su mirada a algo tan esencial pero que estábamos dejando un poco de lado: la familia.
Este 15 de mayo se cumplen diecisiete años desde que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) promulgó el Día Internacional de la Familia, con el propósito de hacernos reflexionar y mostrarnos la importancia que tiene este núcleo social en nuestro desarrollo personal y social.
Conmemorando esta fecha, queremos invitar a todos a re-mirarla, desde las definiciones, desde la estadística y por sobre todo desde las propuestas y anhelos que tenemos para ella.
Sabemos que la familia es fundamental para la sociedad y el medio natural donde se transmite los valores y se educa primeramente. Pero, ¡qué poco hacemos a veces por colaborar en su fortalecimiento!
Faltan muchos más obreros en la mies del Señor, que estén dispuestos a jugársela por ella, de acompañar y formar matrimonios, de promover la catequesis, de prestar un servicio profesional y que puedan orar por ella.
En un país que declara en todas las estadísticas que es lo más importante para él y ad portas de la celebración del Bicentenario, queremos invitarlos a preguntarse, tal como lo hiciera el Papa Juan Pablo II en 1994, "¿Familia qué dices de ti misma? o ¿Familia por qué existes?"
Estoy cierto que cuando nos enfrentemos a estos cuestionamientos saldrán muchas propuestas en favor de su promoción y fortalecimiento.
¡Feliz día Internacional de la Familia!