Nos falta reconocer que
nuestros pueblos originarios "llegaron primero" y que además, TODOS
SOMOS HIJOS DEL MISMO PADRE, y como tales, deberíamos todos hacer un esfuerzo
para ser primero respetuosos de todas las familias que no son la mía, cualquiera
sea el color y origen, que nuestra patria sea como un bote en alta mar,
"que no sobra nadie" y todos "deberíamos ponernos de acuerdo
para remar para el mismo lado".
nos miremos con buenos ojos,
con respeto, con fraternidad
¡ COMO NO ME VA A DOLER TODO LO QUE ESTÁ PASANDO !
En cuanto al pueblo mapuche, más del 60% de la población chilena, es
mestiza y descendiente de Picunches, Huilliches y Mapuches, de modo que no
hay que despreciarlos, ni dejarlos fuera, pues sus descendientes caminan por
todas las calles de Chile. Y tampoco hay que olvidar a los descendientes de los
Diaguitas, en las regiones de Atacama y Coquimbo, Atacameños en Antofagasta, y
Aimaras en Arica -Parinacota y en Tarapacá, y sin olvidar a los Rapa-Nui.
Debiera ser un orgullo para Chile saber que contamos con esa
riqueza étnica, como también deberíamos sentirnos orgullosos de tener sangre de
conquistadores y colonos españoles, de piratas británicos, de colonos alemanes,
además de una enormidad de inmigrantes y refugiados de distintas latitudes,
como de Líbano, Palestina, franceses, italianos, sirios, rusos, polacos, holandeses,
judíos, suizos y últimamente de India, Korea y China.