lunes, septiembre 10, 2018

PADRE ANDRÉS KOPS



Padre Andrés Kops. *12-10-1926, +13-7-1994.


Andrés nació en una pequeña ciudad del sur de Holanda, el día 12 de octubre de 1926. Hijo de una familia modesta de Brabante, entró al seminario menor MSF ubicado en la cercanía en el año 1940 con 13 años de edad, hizo votos en 1949 y llegó a ser sacerdote el 25 de julio de l954. Se presentaba como una persona de buen carácter, algo tímido, que cumplió sus estudios con altibajos. Su primer puesto fue pastor de un hospital durante un año. En aquella época ya se manifestó una cierta ansiedad suya de buscar cercanía con familias amigas. Siendo una persona tímida siempre buscaba seguridad hogareña. En el año 1956  después de un año de preparación y estudios de español con un nombramiento definitivo partió a Chile. Era un miembro apreciado de la comunidad y un pastor incansable, especialmente en las parroquias de Talca, donde llegó a ser decano pastoral,  y posteriormente  en la del “Buen Consejo” de Santiago.



En el año 1986 regresó a Holanda víctima de un estrés intenso y una depresión fuerte. Aparentemente no estaba preparado para adaptarse al estilo de vida de los sudamericanos a largo plazo. Se enredó y se ahogó en su cordialidad  pastoral. Su timidez quedó a la vista;  se sintió inútil y fracasado. Después de un tratamiento profesional y reconfortado por la confianza de sus superiores, que le permitieron  a asumir la función de pastor en una institución para ancianos, pudo trabajar como pastor durante seis años en forma feliz y fructífera.





Después de una operación quirúrgica a la cadera Andrés ya no recuperó su equilibrio de ánimo. Hasta que llegó el momento que su depresión habitual lo atacó sin clemencia. Rocas de amenazas y de angustia se revolcaron hacía él y en un momento de conturbación aguda tomó una determinación fatal y optó por darse a la fuga de la vida. Fue el día 13 julio de 1994. Ni él mismo, ni ningún consuelo humano había podido impedir aquella opción tan inesperada y dolorosa para nosotros. Fue una huida hacia el Señor, su Pastor, que le habrá regalado para siempre la paz del alma y la seguridad tan ansiada.                     (Fuente: archivo de Holanda. Trad. Gaspar.)










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