domingo, diciembre 03, 2017

PADRE ENRIQUE WOLKORTE (1976)


P. Enrique Wolkorte.  * 1912  +1976
Enrique nació el 9 de noviembre de 1912 en una pequeña ciudad en  la parte oriental de Holanda. Comenzó sus estudios para el sacerdocio a una edad en que ya no era niño e hizo sus votos religiosos en el año 1936. Durante sus años del seminario mayor tuvo que interrumpir sus estudios por enfermedad de manera que  su ordenación sacerdotal se atrasó por un año, que finalmente tuvo lugar en el año 1942 en pleno Guerra Mundial.  Fue capellán de prisioneros de guerra, ayudante de bibliotecario y auxiliar pastoral  hasta que, de acuerdo con su deseo,  fuera nombrado para Chile, a  donde partió en 1947. Solo volvió  en 2 oportunidades a su patria. Después de 1974 prefería quedarse en Chile para siempre. 
Durante 20 años el P. Enrique trabajó como párroco en la localidad de Colbún. Defendió los intereses de una población campesina y de condición sencilla. Había mucha vida en su parroquia, que contaba con un coro juvenil, un grupo grande de catequistas y un numeroso club de monaguillos. El padre construyó una capilla en la localidad de Maule y otra en Semillero.
Pero solo dirigir la parroquia no le bastaba. Quería junto con la gente fomentar el progreso de la comunidad local en su totalidad. Para esto  fundó una cooperativa para obtener una red de agua para asegurar la llegada de  agua potable saludable para el pueblo. Cuando del presidente Eduardo Frei Montalva se obtuvo un préstamo para tales obras, el párroco mismo dirigió los trabajos de excavación y la colocación de las tuberías en las calles de Colbún. Él fue el presidente de la cooperativa, cobraba las cuotas mensuales, y manejaba la administración de los dineros. También fue miembro del cuerpo de bomberos de la localidad. (Al lado trasero de la puerta de la casa parroquial se encontraban colgados su traje de bombero y su casco.)  Muy grande  fue su compromiso social.
Enrique nunca gozaba  de buena salud.  Ya antes de llegar a Chile le había tocado internarse en un sanatorio para hacer frente a la tuberculosis. Y en el año 1968 pasó varios meses en Santiago para recuperarse  de un infarto cardiaco.  Posiblemente por esta condición había leído mucho sobre temas de medicina y se había convertido en un hombre autodidacto en el área de la salud. Con esto pudo prestar diariamente servicios oportunos, también a los habitantes de Colbún que vivían a gran distancia de médicos y de un hospital. Y si fuera necesario, siempre estaba dispuesto a llevar en su auto al enfermo hacia el hospital de Linares.

No tenía el carácter para participar en una comunidad religiosa y  le resultó difícil trabajar junto con otros sacerdotes dentro de una parroquia. Solo podía realizarse completamente cuando estuvo solo en su parroquia y vivir, trabajar y servir en medio de su gente. Estaba feliz, cuando compañeros vinieron a verlo y con ganas les compartía sobre su trabajo, pero en forma solitaria. Tal como vivió, partió a casa de su  Padre Celestial el 13 de agosto de 1976  y desde luego fue sepultado en medio de su querida parroquia en un sepulcro vistoso, donde nunca faltan flores frescas, señal de que los feligreses de Colbún no se olvidan de su querido párroco.                    (Fuente: archivos de Chile y de Holanda. trad. Gaspar)

Durante 20 años el P. Enrique trabajó como párroco en Colbún. Defendió los intereses de una población de condición sencilla y campesina. Había mucha vida en su parroquia, que contaba con un coro juvenil, un grupo grande de catequistas y un numeroso club de monaguillos. El padre construyó una capilla en la localidad de Maule y otra en Semillero.
Pero solo dirigir la parroquia no le bastaba. Quería junto con la gente fomentar el progreso de la comunidad local en su totalidad. Para esto  fundó una cooperativa para obtener una red de agua para asegurar la llegada de  agua potable saludable para el pueblo. Cuando del presidente Eduardo Frei Montalva se obtuvo un préstamo para tales obras, el párroco mismo dirigió los trabajos de excavación y la colocación de las tuberías en las calles de Colbún. Él fue el presidente de la cooperativa, cobraba las cuotas mensuales, y manejaba la administración de los dineros. También fue miembro del cuerpo de bomberos de la localidad. (Al lado trasero de la puerta de la casa parroquial se encontraban colgados su traje de bombero y su casco.)  Muy grande  fue su compromiso social.
Enrique nunca gozaba  de buena salud.  Ya antes de llegar a Chile le había tocado internarse en un sanatorio para hacer frente a la tuberculosis. Y en el año 1968 estuvo varios meses en Santiago para recuperarse  de un infarto cardiaco.  Posiblemente por esta condición había leído mucho sobre temas de medicina y se había convertido en un hombre autodidacto en el área de la salud. Con esto pudo prestar diariamente servicios también a los habitantes de Colbún que vivían a gran distancia de médicos y de un hospital. Y si fuera necesario, siempre estaba dispuesto a llevar en su auto al enfermo hacia el hospital de Linares.
No tenía el carácter para participar en una comunidad religiosa y  le resultó difícil trabajar junto con otros sacerdotes dentro de una parroquia. Solo podía realizarse completamente cuando estuvo solo en su parroquia y vivir trabajar y servir en medio de su gente.

Estaba feliz, cuando compañeros vinieron a verlo y con ganas les compartía sobre su trabajo, pero en forma solitaria, tal como vivió, partió a casa de su  Padre.                                               (trad. Gaspar)