miércoles, octubre 03, 2018

EL PADRE CRISTIAN VERHEUGD





El Padre Cristián Verheugd. *11-02-1896. +15-01-1981.

El P. Cristián nació en Ámsterdam el 11 de febrero de 1896. Ya no era tan joven, cuando comenzó su formación de sacerdote de esta manera pudo llegar a nuestra congregación “especializada” en vocaciones tardivas. Hizo sus votos el 8 de sept de 1925 (con 29 años) y se ordenó sacerdote el 27 de julio de 1930. Vivió su sacerdocio en forma intensa. Era un hombre apasionado que se involucraba completamente en los asuntos a los cuales se dedicaba. Esto ya se notó en los primeros años, cuando le tocó trabajar en la Procura de Misiones, primero en Kaatsheuvel y después en Goirle, donde fue asistente del superior de la comunidad. Tomó muy en serio su tarea que consistía en contestar la correspondencia y agradecer por carta a los bienhechores por sus donaciones. En cada carta dio a conocer todos los pormenores de su vida de sacerdote de manera que a menudo se quedaba exhausto de tanto escribir. Incluso cuando ya era anciano siempre se comunicaba en forma emocional. 

Él se dejaba arrastrar por el fuego que sintió arder en su interior. De manera que su auditor debía aplicar su buen criterio para reducir las expresiones del padre reducir a proporciones más equilibradas.
Por una parte, el padre podía quedar conmovido enormemente por experiencias agradables y hermosas y, por otro lado, podía quedar impresionado enormemente, por ejemplo, cuando creía observar algún retroceso en la vida de la Iglesia y la ausencia de vocaciones sacerdotales de manera que no era de extrañar que el padre soñaba seriamente como misionero viejo hacer prédicas a los jóvenes en todas partes de Holanda para generar vocaciones entre ellos. Ya tuvo listo el texto de su sermón y hablaba en serio, cada vez que con gran fuego interior dio a conocer el contenido delante de uno.

Después de varios años que pasó en la Procura fue nombrado para la Misión de Chile y en el año 1938 partió junto con los primeros misioneros. Llegó a Yerbas Buenas y fue el primer superior religioso local y entre los años 1943 hasta 1946 oficialmente superior regional. En aquella función fue fundador de nuestra primera residencia en Santiago, la parroquia de “Nuestra Señora del Buen Consejo”.  Después se convirtió sucesivamente en párroco en Talca, Puerto Octay y finalmente, alrededor del año 1960, por algún tiempo en Puluqui ubicado en una isla sureña adonde se sintió tal como dijo: ”desterrado, tal como San Juan en Patmos”. El trabajo habitual de una parroquia aparentemente no le resultaba tan bien como era de esperar, por el hecho de que él era más un hombre de impulsos fuertes y exageraciones, que un director sosegado de una parroquia regular. En realidad, su talento de organización y administración no alcanzaba el mismo nivel de su dinamismo espiritual.  Su manera de organizar y administrar en forma deficiente y lo imprevisible de sus acciones llevó a muchos cohermanos a desesperarse con él. Felizmente, por otro lado, no había motivo para dudar de su entusiasmo y de su bondad, pues nunca se negaba a ayudar a alguna persona que lo necesitaba. Precisamente también sus cohermanos pudieron experimentar esto, porque cuando alguien quedó metido en dificultades o llegó a un momento crítico   en su vida, podía contar con sus cuidados y atención especial. Siguió ayudándolos también cuando él mismo ya no era párroco y cuando se sintió relegado, de alguna forma, a un puesto segundario, a pesar de todo su entusiasmo. El siguió siendo misionero, vibraba con to do lo que pasaba y estaba dispuesto siempre a entrar en ayuda y substituir a una persona. Y para sus cohermanos y todos sus amigos en Chile siguió “asaltando al Cielo” con sus oraciones. Por eso confiamos, que al morir, este misionero, la puerta del cielo no haya podido resistir su empuje.                                                       Este ocurrió el 15 de enero de 1981 en la casa provincial durante el capítulo en que estuvo presente el superior General.         (Fuente: archivo de la prov. Holanda. Trad. Gaspar)