CONSTRUYERON IGLESIAS Y CAPILLAS
Construir Templos.
Cuenta el Padre
Juan:
Construir
templos ha sido considerado en tiempos pasados como una obra agradable a Dios.
En el tiempo actual ya no se ve esto como una obra piadosa. El “Decorum
litúrgicum” es considerado como menos necesario. Tanto en el Antiguo como en el
Nuevo Testamento, sin embargo, los edificios y lugares dedicados al culto
divino siempre fueron vistos como una presencia de Dios mismo o, por lo menos,
valorados como tales.
Las
palabras “construir la Iglesia” podría significar construir la Iglesia en forma
espiritual. En lo que describo aquí solo
quiero referirme a construcciones de tipo material.
Los miembros de la Congregación en Chile, desde los
comienzos, siempre dieron mucha importancia a la existencia de templos dignos.
Debido al hecho de que llegamos a lugares campestres y pobres, muchas veces
encontramos un lugar de oración pobre e indigno. En un comienzo nuestros padres
levantaron muchos construcciones y reconstrucciones, aunque esto no implicó
mucho más que aprovechar lo que aún existía y conformarse con lo poco.
En este punto no había mucha diferencia con los tiempos de Berthier, cuando en Grave empezó a renovar un viejo cuartel militar. Durante los primeros veinte años de nuestra permanencia en Chile una gran parte de nuestra labor ha consistido en levantar construcciones, sin descuidar, al mismo tiempo, la construcción espiritual de la Iglesia. Se ha dedicado mucho cuidado y tiempo a esta tarea, ya que con pocos recursos se debía lograr lo más que se podía.
En este punto no había mucha diferencia con los tiempos de Berthier, cuando en Grave empezó a renovar un viejo cuartel militar. Durante los primeros veinte años de nuestra permanencia en Chile una gran parte de nuestra labor ha consistido en levantar construcciones, sin descuidar, al mismo tiempo, la construcción espiritual de la Iglesia. Se ha dedicado mucho cuidado y tiempo a esta tarea, ya que con pocos recursos se debía lograr lo más que se podía.
Sobre el tema de construir templos, para no hablar de
construir templos hermosos, se escucha en los últimos tiempo opiniones
diferentes y no pocas veces de crítica, manifestando de que estos recursos
disponibles mejor debían ser entregados a los pobres. Sin embargo, el corazón del hombre
normalmente y sanamente siempre es sensible al arte y experimenta lo que es
hermoso. Aplicado esto al culto divino estima que lo hermoso es un homenaje
prestado a Dios mismo. Siempre se puede aplicar las primeras palabras del
prefacio de la misa: “En verdad es justo y necesario”.
Cuando
por fin estuvimos acostumbrados un poco en Yerbas Buenas, yo comencé a
convertir la parte interior del edificio caduco que servía de templo en algo
más decente. El hermano Canisio anteriormente había comenzado ya con el
trabajo, pero desde su partida a Colbún la obra quedó paralizada. Yo continué
con su trabajo. En las paredes había varias grietas y en varias partes se había
desprendido el estuco. Yo hice lo mismo que había visto como los vecinos lo
hacían. De la tierra seca que yo rascaba
de las grietas y agregando tierra obtuve una mezcla de barro y me puse a
rellenar las grietas. Después del secado me puse a pintar el cielo y las
paredes enteramente con cal. Con pintura
al agua pinté como decoración algunos dibujos y textos sagrados. Ocupé varios
días con esta labor. De vez en cuando alguien miró por la ventana para ver lo
que estaba haciendo yo; los niños del colegio entraban y hacían sus comentarios.
De todas maneras, fue un mejoramiento en comparación con lo que era antes. Los
feligreses de Yerbas Buenas lo miraban con mucha admiración. Todo esto es una
pequeña ilustración de la realidad a que habíamos llegado. No apareció riqueza
en ninguna parte. En los lugares a donde los otros padres llegaron, la
situación no fue mucho mejor. Muchas fueron las construcciones en los primeros
años, desde trabajos de tipo artesanal hasta profesional. En algunos casos el
sacerdote mismo fue arquitecto, ejecutor de obras, comprador de materiales y
hombre de finanzas. Siempre el dinero escaseaba. Uno se sentía aliviado cuando
había pagado a los trabajadores el día sábado y cuando nuevamente tenía una
semana por delante para inventar la manera de como reunir el dinero para el día
sábado próximo.
Cuando
yo llegué a Calbuco, tanto el templo
como la residencia solo estaban construidos a la mitad. Primero se trabajó en
la residencia para hacer habitables algunas piezas más. A continuación, se
trabajó al interior del templo. Cada cosa tuvo su turno. Cuando todo esto se
había terminado, más o menos, le tocó el turno a la reparación del edificio de
la escuela, en la cual las hermanas que estaban por llegar, debían vivir y dar clases. En el año 1943 celebramos una acción
grande para juntar fondos en beneficio de la terminación de obras del interior
del templo. Después de algo más de un año esto había concluido.
En
Aguantao, un sector de la parroquia de Calbuco, con la colaboración de los
vecinos fue construido una capilla nueva. Antes no había nada en este lugar.
Varios años más tarde de la misma manera se construyó una capilla en Caicaén,
la extrema punta en el sur de la isla Calbuco. Existía si un cementerio, pero
faltaba una capilla; la capilla anterior, años atrás, había sido derrumbada a
causa de un fuerte temporal. Dentro de la Parroquia de Puluqui, cuando el Padre
Guillermo Smits era su párroco, se construyó una capilla en la puntilla
Mayelhue de la Isla Tabón. Anteriormente nunca había existido una capilla allí.
En el mismo período el padre Guillermo llevó adelante la restauración del
templo parroquial (Iglesia principal de la parroquia de Puluqui) al proveerlo
de un interior nuevo. Lo mismo hizo para la residencia. Dentro de la parroquia de Calbuco, después,
se construyó un mayor número de capillas en lugares donde antes no había
existido nada. Esto fue el caso en La Campana, Peñasmó y Hayún. Las parroquias de
Calbuco y de Puluqui, que fueron atendidos por el mismo grupo de padres,
construyeron (incluidos ambos templos parroquiales), una totalidad de 28
templos, de los cuales aparecen 10 en Calbuco y 18 en Puluqui. Todas estas
obras necesitan, a su tiempo, mantención y reparación (todo es de madera).
Aunque los feligreses de cada iglesia, por gran parte, se responsabilizan de su
propio templo, muchas veces al sacerdote le toca la preocupación de que todo
trabajo se realice a su tiempo.
En
Yerbas Buenas se hizo una mantención de la casa parroquial para lograr que
fuera algo más habitable. Posteriormente se construyó un templo nuevo en el
mismo lugar donde había estado el anterior.
Este templo, en gran parte, fue construido con ladrillos usados
provenientes de la ruina de una iglesia mucho más antigua que estuvo colocada
al otro lado de la casa parroquial. En Abranquil se construyó un templo nuevo.
Varias
años después de que llegaron nuestros padres a Talca fue modificada y renovada
radicalmente la casa parroquial. Más o menos al mismo tiempo se construyó un
templo nuevo bajo la dirección de nuestros padres y con financiamiento por
parte de la diócesis.
En la
Parroquia de Nuestra Señora del Buen Consejo (Quinta Normal) literalmente toda la construcción debía ser
comenzada desde el suelo. Primero se construyó una residencia grande, la cual
al mismo tiempo debía servir de centro regional de la congregación. Incluso se
tuvo en cuenta la posibilidad de que esta casa podría servir de seminario mayor
en el caso, como en Argentina, de que vinieran escolásticos desde Holanda para
concluir su formación en Chile. Más tarde se agregó un ala, que serviría como
colegio parroquial. Fue construido un templo nuevo y más tarde otra residencia
puesto que la primera fue entregada a las Hermanas de la Sagrada Familia, que
en aquel lugar comenzaron con una escuela para niñas. Más tarde para ellas se
construyó un gran complejo escolar nuevo. Al lado opuesto de la misma calle los
hermanos de Maastricht construyeron un convento y una escuela de grandes
proporciones.
En la Parroquia
de Santa Rosa de Lima se compraron los sitios anexos a la casa parroquial para
ampliar el espacio de vivir. Una parte se convirtió en salón parroquial y se
realizaron varias innovaciones dentro del templo.
En Santa
Isabel de Hungría (Las Rejas) se
construyó una iglesia nueva y espaciosa con una residencia adyacente. Ambos
fueron tomados en uso en el año 1963. A su costado se levantó una escuela
grande para las Hermanas Franciscanas de Roosendaal. En la misma población se
construyó un complejo de habitaciones, que sirvió por mucho tiempo como
policlínico.
En el
camino hacia Maipú se inició la construcción de un seminario para la formación
de niños chilenos para ser sacerdote en la congregación. Sin embargo, esta obra
realizada en los comienzos de los años sesenta no fue continuada. En el año
1964 en el camino hacia Valparaíso, comuna de Pudahuel comenzó la construcción
de un complejo de habitaciones que durante varios sirvió de seminario.
Posteriormente, para los seminaristas mayores se adquirió una casa pequeña en
la población Manuel Rodríguez y para los seminaristas menores se compró una
casa en calle Radal. Ambas casas solamente sirvieron a este fin por poco
tiempo, ya que el seminario cerró.
En el
Barrio Pedro de Valdivia se levantó un templo provisorio y a continuación se
construyó la residencia (que al mismo tiempo era casa central de la
congregación) y en el año 1963 el templo definitivo. La iglesia provisoria se
convirtió en salón parroquial.
En la
parroquia de San Luís en Coquimbo a menudo tuvieron lugar todo tipo de
modificaciones y reparaciones. Una vez porque el edificio apareció arruinado y
otra vez porque el edificio quedó gravemente deteriorado a causa de los
frecuentes terremotos.
Aquella parroquia tiene la administración de un cementerio tal como lo tienen varias otras parroquias nuestras. En este caso implica mucho trabajo administrativo, la preocupación por la construcción de nuevos nichos y un aporte financiero significativo para los ingresos económicos de la Parroquia.
Aquella parroquia tiene la administración de un cementerio tal como lo tienen varias otras parroquias nuestras. En este caso implica mucho trabajo administrativo, la preocupación por la construcción de nuevos nichos y un aporte financiero significativo para los ingresos económicos de la Parroquia.
En una
pequeña parcela en el límite de la Pampilla una casa fue adaptada para ser
escuela parroquial que está dirigida por las Hermanas de Santa Marta. En la
nueva población San Juan, principalmente con ayuda de fondos de auxilio
holandeses, se construyó una iglesia nueva dirigida por nuestros padres.
Además, en los últimos años, se hacen esfuerzos notables para crear espacios de
reunión al servicio de comunidades de base en diferentes sectores de la
ciudad.
la iglesia de Hornopiren construida por p. Antonio van Kessel
la iglesia de Hornopiren construida por p. Antonio van Kessel
Obras
del mismo tipo también llegaron a concretizarse en las parroquias no
mencionadas, como las del Norte: Tocopilla, Oficina Salitrera Pedro de Valdivia
y Antofagasta. En el curso de los años, nacieron nuevas escuelas, vinculadas a
muchas parroquias; a todas, en sus comienzos, los padres de aquellas parroquias
les prestaron mucho apoyo para la creación, la construcción y para las
condiciones educativas.
(Trad. Gaspar)
LAS CONSTRUCCIONES DE 1900 A 2000 DE LA PARROQUIA SANTA ISABEL DE HUNGRÍA,
El territorio de esta parroquia se llenó de nuevas poblaciones y se planificó la construcción de nuevas iglesias
Frente a la primera capilla Jesús Agua Viva gracias a la seremi Maria Angelica Briceño Cobo se ubicó el terreno para la iglesia definitiva.
LAS CONSTRUCCIONES DE 1900 A 2000 DE LA PARROQUIA SANTA ISABEL DE HUNGRÍA,
El territorio de esta parroquia se llenó de nuevas poblaciones y se planificó la construcción de nuevas iglesias
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