HOMILIA DE PADRE SANTIAGO HANDGRAAF 2O17
Adv.
4º Dom, (Nazaret Matrimonio Santo)
Nuestro
Dios en Quien creemos no es una sola Persona, son tres: la Santísima Trinidad
de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es como una familia, una comunidad bien
unida, que brota desde toda la eternidad. Para salvar a sus criaturas de un
gran fracaso, Dios quiere hacerse Hombre en medio de nosotros. Quiere revelarse
no como una sola Persona: por ejemplo como un Profeta o como un Jesús
Crucificado saliendo Vivo del sepulcro o solo como un Maestro de sus
discípulos, sino como Hijo de Dios en medio de una Familia, muy importante para
Dios, para ser en Su Encarnación plenamente un Dios con nosotros. Así lo
anunció Isaías: “Una Mujer embarazada dará a luz un Hijo Emanuel” que significa
Dios con nosotros”. Así se nos presenta la fe de la Iglesia. En la liturgia
cerca de la fiesta de Navidad. La Joven es la Virgen María. En el Evangelio
contemplamos su hermosa Familia de
Nazaret. Es una Familia realmente maravillosa, admirable, misterio de la
Encarnación de Dios en la humanidad. El Evangelio empieza a decir que habrá
algo entre María y José, un hombre justo, lo que significa en la Biblia:
“Santo”. Hay un compromiso santo y
respetuoso de mucho amor a esa joven., la Purísima, hermosa, embarazada, llena
del Espíritu de Jesús. Primero pensaba abandonarla en secreto, hacerse a un
lado en este acontecimiento. Pero en un sueño de Paz y Felicidad descubrió
inmediatamente que no podía causar esta tristeza a Su Amada. Bajo ningún motivo
quería denunciarla y tomó sobre sí el papel que le correspondía y según la
palabra del Ángel Llegó a María con mucha alegría a su casa. El Espíritu Santo
había descendido sobre Ella y el Poder del Altísimo la había cubierto bajo su
sombra. Jesús se había hecho Carne por Obra del Espíritu Santo. La Sagrada
familia de Nazaret y Belén era una verdadera Familia, divina y humana. Era como
un matrimonio entre religiosos, un matrimonio espiritual, en el espíritu Santo,
el gran Personaje en nuestros pesebres,
que invisible está presente entre María y José. Se aman en Dios en Jesús, fruto de su amor en Dios. El
Sacramento del matrimonio a los ojos de los creyentes es un amarse en el Señor, a su pareja y a sus
hijos. En ellos ven y aman al Señor mismo. En la fiesta de Navidad, las
familias Cristianas celebramos ese encuentro con el Señor. Jesús resuelve a
estar presente en una nueva aparición en medio de nosotros. Para toda la
importancia en ese lado del matrimonio, escribe Pablo con cierta reserva (1
Cor. 7 ): Los que están casados vivan como no tuvieran
esposa. El hombre sin casarse se preocupa más de las cosas del Señor y de
agradar al Señor. Y la joven que no se casa
se preocupa más del Señor y de su servicio . Le consagra su cuerpo y su
espíritu y no se preocupa tanto de las cosas del mundo. En el 5 dice Sn Pablo:
Amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia
y se entregó Si mismo por Ella. El
señor quiere que estemos siempre conscientes que nuestra familia no es toda
nuestra felicidad, por si sola, sino que es el Lugar, donde Dios quiere nacer y
vivir entre nosotros para encontrar nuestra felicidad en El, presente muy de a
cerca en la pareja y los hijos.
(Homilía de Padre Santiago)
(Homilía de Padre Santiago)
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