martes, diciembre 26, 2017

HOMILIA DE PADRE SANTIAGO HANDGRAAF 2O17


Adv. 4º Dom, (Nazaret Matrimonio Santo)


Nuestro Dios en Quien creemos no es una sola Persona, son tres: la Santísima Trinidad de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Dios es como una familia, una comunidad bien unida, que brota desde toda la eternidad. Para salvar a sus criaturas de un gran fracaso, Dios quiere hacerse Hombre en medio de nosotros. Quiere revelarse no como una sola Persona: por ejemplo como un Profeta o como un Jesús Crucificado saliendo Vivo del sepulcro o solo como un Maestro de sus discípulos, sino como Hijo de Dios en medio de una Familia, muy importante para Dios, para ser en Su Encarnación plenamente un Dios con nosotros. Así lo anunció Isaías: “Una Mujer embarazada dará a luz un Hijo Emanuel” que significa Dios con nosotros”. Así se nos presenta la fe de la Iglesia. En la liturgia cerca de la fiesta de Navidad. La Joven es la Virgen María. En el Evangelio contemplamos  su hermosa Familia de Nazaret. Es una Familia realmente maravillosa, admirable, misterio de la Encarnación de Dios en la humanidad. El Evangelio empieza a decir que habrá algo entre María y José, un hombre justo, lo que significa en la Biblia: “Santo”.  Hay un compromiso santo y respetuoso de mucho amor a esa joven., la Purísima, hermosa, embarazada, llena del Espíritu de Jesús. Primero pensaba abandonarla en secreto, hacerse a un lado en este acontecimiento. Pero en un sueño de Paz y Felicidad descubrió inmediatamente que no podía causar esta tristeza a Su Amada. Bajo ningún motivo quería denunciarla y tomó sobre sí el papel que le correspondía y según la palabra del Ángel Llegó a María con mucha alegría a su casa. El Espíritu Santo había descendido sobre Ella y el Poder del Altísimo la había cubierto bajo su sombra. Jesús se había hecho Carne por Obra del Espíritu Santo. La Sagrada familia de Nazaret y Belén era una verdadera Familia, divina y humana. Era como un matrimonio entre religiosos, un matrimonio espiritual, en el espíritu Santo, el gran Personaje  en nuestros pesebres, que invisible está presente entre María y José. Se aman en Dios  en Jesús, fruto de su amor en Dios. El Sacramento del matrimonio a los ojos de los creyentes  es un amarse en el Señor, a su pareja y a sus hijos. En ellos ven y aman al Señor mismo. En la fiesta de Navidad, las familias Cristianas celebramos ese encuentro con el Señor. Jesús resuelve a estar presente en una nueva aparición en medio de nosotros. Para toda la importancia en ese lado del matrimonio, escribe Pablo con cierta reserva (1 Cor. 7 ): Los que están casados vivan como no tuvieran esposa. El hombre sin casarse se preocupa más de las cosas del Señor y de agradar al Señor. Y la joven que no se casa  se preocupa más del Señor y de su servicio . Le consagra su cuerpo y su espíritu y no se preocupa tanto de las cosas del mundo. En el 5 dice Sn Pablo: Amen a sus esposas como Cristo amó a su Iglesia  y se entregó Si mismo  por Ella. El señor quiere que estemos siempre conscientes que nuestra familia no es toda nuestra felicidad, por si sola, sino que es el Lugar, donde Dios quiere nacer y vivir entre nosotros para encontrar nuestra felicidad en El, presente muy de a cerca en la pareja y los hijos.   

  (Homilía de Padre Santiago)