lunes, octubre 18, 2010

MADRE DEL SILENCIO

Como una tarde tranquila, como un suave atardecer,

era su vida sencilla en el pobre Nazareth.
Y en medio de aquel silencio

Dios le hablaba al corazón.

Virgen María, madre del Señor,
danos tu silencio y paz para escuchar su voz

danos tu silencio y paz para escuchar su voz.


Enséñanos, madre buena,

como se debe escuchar al Señor cuando nos

habla en una noche estrellada, en la tierra que,

dormida, hoy descansa en su bondad.


Y sobre todo, María,

cuando nos habla en los hombres,

en el hermano que sufre,

en la sonrisa del niño,

en la mano de un amigo,

en la paz de una oración.


Mateo 7: 24 - 26
El que escucha mis palabras y las practica es como un hombre inteligente que edifico su casa sobre roca


1
Escucha, hija, mira: inclina el oído,
olvida tu pueblo y la casa paterna;
prendado está el rey de tu belleza:
póstrate ante él, que él es tu señor.