PADRE MATEO VOERMANS
Mateo
vio la luz en un pueblo de Holanda septentrional el 3 de marzo de 1918. Entró
como adolescente en el seminario MSF de Kaatsheuvel, hizo sus votos religiosos
el 8 de septiembre de 1938 y fue ordenado sacerdote el 25 de julio de 1944.
Después de su ordenación fue asignado para Chile, sin embargo, a causa de la
guerra no pudo partir inmediatamente a la Misión. En espera de su viaje pasó un
año de práctica pastoral en lo que fue
su casa de formación anterior, donde quedó herido levemente a causa de una
bomba alemán volante que cayó y estalló en la cercanía de la casa.
El
25 de septiembre del año 1946 viajó por primera vez a Chile, donde trabajó de
misionero durante 23 años. En los primeros años era activo en diferentes
parroquias en el levantamiento y extensión de nuestra obra, lo que recién
después de la guerra pudo llevarse a cabo. Era muy respetado como pastor alegre
y cohermano grato. Incluso fue muy apreciado por su visión clara sobre el
quehacer pastoral. Se empeñó a escribir cartas interesantes a los escolásticos
del seminario mayor MSF de Oudenbosch. Al mismo tiempo daba charlas sobre estos
temas. Resultó que esto llegó a convertirse en su tarea principal: el de dar
colegios en la Universidad Católica de
Santiago, aunque para esto no había recibido ninguna formación especial.
Con todo esto se sentía muy ligado a nuestra
Congregación y siempre estaba dispuesto a ayudar, cuando se recurría a él para algún servicio,
lo que todos hacían. A muchos misioneros que recientemente habían llegado a
Chile les dio una buena introducción al trabajo que hacer. Se hizo asistente
consejero del Superior Provincial. Fue miembro de la Comisión Central de las
Constituciones que se celebró en Roma 1967/1968 en preparación del Capítulo
General de 1968, a la cual participó como
representante de la Provincia Chilena. También en 1971 estuvo presente
en el Capítulo General, esta vez como representante de la Provincia Holandesa.
Pues después del año 1969 ya no retornó a Chile. El trabajo de profesor de la Universidad había crecido a un grado demasiado difícil. Dentro de las circunstancias, cada vez más difíciles, ya no se sentía capaz para esta tarea
Pues después del año 1969 ya no retornó a Chile. El trabajo de profesor de la Universidad había crecido a un grado demasiado difícil. Dentro de las circunstancias, cada vez más difíciles, ya no se sentía capaz para esta tarea
Después
de haber sido algún tiempo consejero del superior provincial de Holanda en la
ciudad de Grave recibió en agosto de 1970 un nombramiento para capellán en un
hospital, donde se encontraba a su gusto con
las tareas habituales de la pastoral. Fue organizador de muchas
actividades para el personal, fue un miembro querido de Rotary, y daba charlas
sobre las misiones, especialmente sobre el país que nunca pudo olvidar: Chile.
Esto también fue su tema preferido cuando se juntaba con los cohermanos de la
Congregación, los cuales siempre con ganas escuchaban sus narraciones.
El
20 de febrero de 1978 fue hospitalizado a raíz de un cáncer de la sangre que
sin saber había contraído hace tiempo. Después de un par de días se agravó su
estado de salud, que terminó en su fallecimiento el día 7 de marzo
siguiente.
Siempre había manifestado interés
y cuidados para todos, pero no le gustaba hablar de su propia enfermedad, para
que otros no se molestaran, además se producía confusión y angustia en él si pensaba en enfermedades.
Afortunadamente el Señor lo libró de un camino largo de sufrimientos al
llamar relativamente de repente a su casa paternal a este misionero
“Mateo”, siempre recordado por su
alegría de vivir.
(Fuente: archivos de Holanda. Trad. Gaspar)
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