sábado, mayo 19, 2018

PADRE BARTOLOMÉ BARTELS




El Padre Bartolomé Bartels. *14-10-1919, +16-07-1983.

Bartolomé es oriundo de la ciudad de Amsterdam, la capital de Los Países Bajos. Después de sus años escolares participó en el trabajo en la carnecería de su padre. A la edad de 18 años entró en el seminario MSF de Kaatsheuvel. En los primeros años estuvo acompañado de su hermano Pedro. Emitió sus votos el 8 sept 1933 y se ordenó sacerdote el 23 de julio 1939. Sus primeros años los pasó de pastor en su ciudad natal.
El padre Bartolomé fue misionero en Chile entre los años 1946 y 1970. Su primer puesto fue en  Oficina Salitrera de Pedro de Valdivia ubicada en el Norte Grande. Esta parroquia fue devuelta por la Provincia chilena a la diócesis de Antofagasta en el año 1960. A continuación el padre inició un servicio pastoral en un lugar cerca de Valparaíso y en los últimos años de su estadía en Chile fue capellán del Hospital de la Universidad Católica. 
                (LOS PADRES SE JUNTABAN PARA HACER TEATRO)
En 1970 regresó a su patria donde estaba activo, a su manera, como pastor en una parroquia y en dos  instituciones de cuidados para  ancianos.
En su vida sacerdotal no se puede señalar grandes obras por parte de él. Siempre quería estar activo y cerca de mucha gente. Realmente no era un monje contemplativo. Era activo,  pero no fue una persona de acción sistemática y de perseverancia de manera que sus superiores, a veces,  se desesperaron. Nunca tuvo planes para realizar algo impresionante como lo hacen otros.  Era un hombre que no se hacía  problemas, no cuestionaba el mal. Se saltó las noticias malas del diario. Se sentía realizado, si en una  tarde del domingo podía andar en bicicleta disfrutando de la naturaleza, o pasándolo bien en medio de un grupo de cohermanos y amigos. Se olvidaba fácilmente de convenios y acuerdos previos. Disfrutaba de todo lo bueno del mundo. El mundo era para él una fiesta. Así pasó por su vida de sacerdote. Siempre contento y feliz y tratando de transmitir su alegría a otros. Se manifestaba dolido e incómodo con el sufrimiento de otros. Pero lo único de que era capaz,  en estas situaciones, era acompañarles con silencio sin muchas palabras. Probablemente con esto ellos se sintieran comprendidos y con algo de fiesta.                               Para su Congregación Bartolomé siempre fue un hermano jovial  y cercano, aunque quizás para sus superiores algo difícil en su relación con ellos.
 El final de su vida fue trágico. El padre fue atropellado frontalmente por un tren cuando se desplazaba en bicicleta pasando por un paso a nivel ferroviario que tenía las barreras activadas. Ya que era corto de vista y algo distraído, no se había percatado de la llegada del tren que se aproximaba. Su muerte fue instantánea. No era del todo extraño lo que pasó,  ya que siempre le faltó al padre la visión clara de la realidad de las cosas. No conocía peligros y disponía de una confianza interminable.
Así fue su camino por la vida. Despreocupado y SIEMPRE CON UN ROSTRO ALEGRE. Esto es un gran mérito de él. Quizás por eso fue una luz y apoyo para muchos.  Fue su aporte de mucho valor para el Reino.    .                              (Fuente: Archivos de Holanda. Trad. Gaspar,)                        
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