LAS CONDICIONES GEOGRAFICAS EN ESTOS TIEMPOS
Condiciones geográficas en los primeros tiempos
No Había Turbus.
La distancia entre las dos parroquias, ubicadas las más
distantes entre una y otra era más de dos mil KM. En aquellos años los vehículos
motorizados y las carreteras estuvieron mucho más precarios que ahora. EL camino
troncal de Norte al Sur (La Panamericana), que suma más de 5 .000 KM aún no existía. Los caminos
segundarios entre las ciudades se
parecían a planchas de calaminas. Además presentaban muchos desvíos y curvas. Tampoco existían
empresas de buses de pasajeros interprovinciales. El transporte por grandes distancias solo era posible con
ferrocarriles entre Santiago y Puerto Montt, (1050 km). Desde Santiago al Norte la primera parte se viajaba con trenes de vía ancha y a partir de Llay Llay
solo con trenes de vía estrecha.
Para un viaje ida y vuelta
de Santiago a Puerto Montt solo había posibilidad algunas veces por la semana. El resto del
transporte con trenes estaba subdividido
en trayectos parciales. El viaje desde
Santiago a Puerto Montt por tren
demoraba más de un día, siempre si no había
retrasos, que se produjeron muy a menudo.
Para ir al Norte de vez en cuando se podía utilizar barcos
costeros.
Para viajar de Yerbas Buenas ida a vuelta a Linares (12 Km) prácticamente se
demoraba un día completo.
Desde Puerto Montt a Calbuco no existía ningún camino. Uno
debía trasladarse solo por mar. En el año 1940 uno podía tres veces por semana
hacer uso de una línea de lanchas entre
Ancud y Puerto Montt. Posteriormente la frecuencia de estos viajes fue reducida a 2 veces en la semana. La totalidad
de kilómetros era más o menos 40 km, pero el viaje ida y vuelta sumaba 4 días.
Tampoco existía la posibilidad de disponer de autos para el
trabajo pastoral. El primer vehículo motorizado de que disponíamos fue
adquirido por los laicos de la parroquia.
Esto sucedió en Puerto Octay, y fue recién un par de años después del
fin de la Segunda Guerra Mundial.
No se viajaba mucho en aquel tiempo. Celebrar vacaciones regulares, aún no existía.
Los medios económicos
de la vida parroquial eran escasos
y habitualmente apenas alcanzaron para cubrir las necesidades. En comparación
con la situación de años
posteriores se puede decir sin exagerar,
que aquellos años, por lo menos hasta el
año 1946, pero también en años posteriores, fueron para los misioneros en Chile una época
de pobreza. (trad. Gaspar)
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