LO QUE SABÍAMOS DE CHILE
¿Qué es lo que sabíamos de Chile?
(Uno de los primeros
misioneros cuenta:)
Cuando en la Provincia Neerlandesa llegó la noticia de que algunos de nuestros padres
irían a Chile, de repente este
país estuvo dentro de un interés generalizado.
América del Sur era un continente conocido. Por lo menos
sabíamos que existía. Pero si en algún momento
se mencionaba América, se pensaba en primer lugar en los Estados Unidos y en
seguida a Canadá. Todo lo que existía a más distante, permanecía en horizontes
nebulosos. Sobre Méjico de vez en cuando se escuchaba algún dato.
Lo que se encontraba más al Sur, no
fue mucho más que un especie de apéndice, de que se sabía poco o nada. Así por
lo menos fue la situación para el holandés mediano, y entre ellos debíamos contar a
nosotros mismos.
América del Sur, era en aquel tiempo un continente, que de acuerdo con nuestros conocimientos, siempre estaba tapado
en tinieblas. En las clases de geografía en el seminario menor de Kaatsheuvel,
no nos profundizamos mucho acerca de territorios lejanos Lo que sabíamos, quedó
en oscuridad, pero al mismo tiempo quedamos con la impresión de que tras de estos pocos
datos debía existir algo misterioso. Los
libros de fantasía infantiles de aquel tiempo en gran número trataban de Índios;
nunca uno conseguía una imagen nítida de qué tipo de personas eran. Y estos Ïndios en gran parte vivían en
América del Sur.
Sobre Brasil y Argentina
se escuchaba algo más, pero no mucho más. En un local de clases del seminario estaban
colgados a la pared. alguna mapas. Uno de ellos era de América del Sur. Estaban
marcadas con líneas gruesas estaban trazadas los límites de los países
en forma rudimentaria. Cada sección entre ellos presentaba un color
diferente. Este mapa no era mucho más grande que el mapa de Holanda. Esto nos
daba sin querer la idea que un país sudamericano no era mucho más
grande que una provincia holandesa.
En el mapa de América del Sur, había algunos puntos negros,
que indicaban los capitales y algunas otras ciudades importantes. Había trazos
tortuosos que indican ríos: en el centro
la Amazona, arriba el Orinoco. (Recién ahora sé que así se llama aquel río,
pero en aquél tiempo no lo sabía). Y abajo en dirección hacia arriba estaba el
Rió de la Plata. Esto fue casi todo. Lo
que aparecía de Chile fueron dos puntos negros muy juntos. El de derecho era
Santiago y el de izquierda Valparaíso.
Este último nombre había encontrado en otras partes y el sonido de este nombre siempre producía una en mí una impresión
agradable. Lo que podría existir más allá permaneció un secreto.
Cuando supe que iba a ir a Chile y traté de encontrar algún
libro, que contuviera algo sobre Chile pero no pude encontrar nada, no en bibliotecas ni en
librerías. Finalmente encontré algo. Fue
un libro en alemán; no encontré ninguno en holandés. (Trad. Gaspar)
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