lunes, marzo 31, 2008

Jesús, quién eres Tu






¿Quién Eres Tu, Quién Eres Tu?

Quiero Saber Jesús Quien Eres Tu


¿Eres Un Dios, Eres Un Hombre?

Quiero Saber, Jesús Quien Eres Tu

Eres El Verbo Y Un Niño Que No Habla

Vives Oculto Y Eres Tu La Luz


Eres Eterno Y Naces De Una Madre

Eres La Vida Y Mueres En La Cruz

Eres El Cielo Y Vienes A La Tierra

Eres La Fuerza Y Te Vistes De Humildad

Tú, Que Eres Grande Y Has Hecho Cuanto Existe

Vienes Buscando Mi Ayuda Y Mi Amistad
Las palabras y obras de Jesús habían suscitado muchos interrogantes: a propósito de su manera y contenido de su enseñanza la gente se pregunta ¿qué es esto? (1, 27); a propósito de sus milagros, “no habíamos visto nada semejante” (2, 12), todos se admiraban (5, 20); “¿Quién es Éste, que hasta el viento y el mar obedecen?” (4, 41), “Está fuera de Sí” (3, 21), es un fantasma” (6, 49), “¿De dónde le vienen esa sabiduría y poderes milagrosos?” (6, 2), “Ha hecho todas las cosas bien” (7, 37).Así que en Mc 8,27-30, el Evangelista presenta la primera etapa del camino de fe de la comunidad discipular. Este episodio tiene los rasgos de la catequesis primitiva acerca de la Persona de Cristo.
Palpó y exclamó: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído?» Como sea, el apóstol Pablo dice: La fe es seguridad de lo que se espera y prueba de lo que no se ve, es evidente que la fe es la plena convicción de aquellas realidades que no podemos ver, porque las que vemos ya no son objeto de fe, sino de conocimiento. Por consiguiente, si Tomás vio y palpó, ¿cómo es que le dice el Señor: Porque me has visto creído? Pero es que lo que creyó superaba a lo que vio. En efecto, un hombre mortal no puede ver la divinidad. Por esto, lo que él vio fue la humanidad de Jesús, pero confesó su divinidad al decir: ¡Señor mío y Dios mío! Él, pues, creyó, con todo y que vio, ya que, teniendo ante sus ojos a un hombre verdadero, lo proclamó Dios, cosa que escapaba a su mirada. TOMÁS EXCLAMA: ”SEÑOR MIO DIOS MIO”

Dios todopoderoso, concédenos celebrar con alegría la fiesta de tu apóstol santo Tomás; que él nos ayude con su protección, para que tengamos en nosotros vida abundante por la fe en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor y su Dios. Que vive reina contigo.