jueves, mayo 02, 2013

Holanda celebra la investidura de Guillermo Alejandro como rey de Holanda




Después del traspaso formal, llegó la investidura. El flamante rey Guillermo Alejandro juró como nuevo monarca de los Países Bajos acompañado por su esposa de origen argentino, Máxima Zorreguieta, quien continúa emocionada tras la abdicación de la reina Beatriz en su favor.

Poco antes de las 14 (9 en la Argentina), hora prevista para el comienzo de la ceremonia, llegaron la ahora princesa Beatriz y las tres hijas de los reyes, Amalia -que se convirtió en heredera al trono-, Alexia y Ariane, todas vestidas de azul -el color de la casa Nassau- y sentadas en la primera fila.
Minutos después aparecieron por la alfombra Máxima -también de azul y con una corona- y el rey, vestido de frac, con corbata blanca y cubierto de un manto de armiño y terciopelo rojo, bordada en oro. El manto es la misma que llevó la reina Beatriz durante su investidura en 1980, copia del original de 1815 que se usó durante la entronización de Guillermo I.
A las 14.10, Guillermo se sentó en el centro de la iglesia junto a su esposa y dio su discurso de toma de posesión, entre miradas cómplices con su madre y sus hijas que lo seguían orgullosas.


"Juro que defenderé y guardaré siempre con todas mis fuerzas la independencia y la integridad del territorio del Reino", dijo tras un breve discurso el nuevo rey ante los Estados Generales y el resto de las autoridades del país, incluido el actual primer ministro de Holanda, el liberal Mark Rutte.


"Con el apoyo de mi esposa Máxima, que es plenamente consciente de su responsabilidad, les aseguro que pondré todo mi esfuerzo y dedicación para cumplir la tarea",
Holanda es más naranja que nunca. Y Ámsterdam el cogollo de esa explosión de color donde ha tenido lugar la ceremonia de abdicación de la reina Beatriz y poco después será la investidura de su primogénito. Los actos oficiales han comenzado a las 10 de la mañana en la Cámara del Consejo (también conocida como Sala de Moisés), una de las habitaciones más adornadas del Palacio Real. Un destacado grupo de autoridades ha asistido a una de las ceremonias más íntimas, en la que la monarca ha firmado la declaración de abdicación y posteriormente ha aparecido en el balcón con su hijo, donde el relevo generacional se ha hecho por fin palpable para los más de 25.000 súbditos que veían el ritual en directo desde la Plaza Dam.