lunes, noviembre 19, 2007

MONSEÑOR ALEJANDRO GOIC Y UNA REVOLUCIÓN EN LA IGLESIA


Se hizo famoso por hablar del sueldo etico,
y por su trabajo como mediador en la huelga de los mineros.




Su visión de la Iglesia y su reelección en la Conferencia Episcopal

Sin pelos en la lengua, monseñor Alejandro Goic no trepida en calificar de "revolución" los cambios que se pueden venir para la Iglesia Católica chilena, si se logra activar en laicos y religiosos la acción misionera en los ámbitos del hogar, el trabajo y los colegios y no sólo circunscrito a la parroquia y la iglesia. "Queremos dar vuelta el concepto de que el misionero somos todos los bautizados. Si lo logramos, poco a poco va a ser una revolución en la Iglesia, porque se tiene el concepto de que la misión de anunciar a Jesucristo es sólo tarea de los pastores y de las mujeres consagradas", manifestó.

Y este desafío no fácil de cumplir viene de las orientaciones emanadas de la cita de Aparecida de mayo pasado en Brasil -y confirmadas por el Papa Benedicto XVI a las pocas semanas- y que ahora corresponde ponerlas en ejecución en Chile, agrega monseñor Goic, también obispo de Rancagua.

Es por ello que el tema será abordado por la venidera Asamblea Plenaria del Episcopado en Punta de Tralca desde este lunes hasta el viernes. En esta cita, corresponde la elección del presidente y vicepresidente de la Conferencia Episcopal, de dos obispos miembros del Comité Permanente, de los cinco obispos integrantes de la Comisión Pastoral y de otras comisión pastorales.

En los hechos, el obispo Goic podría ser reelegido en la presidencia, puesto que lleva sólo un período y puede estar por dos, según estatutos. "Los obispos me dieron su confianza hace tres años. Ahora aceptaré lo que ellos digan".

El prelado confirmó que la temática central será la elaboración de las orientaciones pastorales para la Iglesia de Chile entre 2008 y 2012, cuya redacción definitiva deberá ser aprobada en la asamblea de abril próximo, sin perjuicio de otras reflexiones sobre la coyuntura nacional.

"El gran vuelco que quisiéramos es lo que propone Aparecida. Primero que la pastoral esté centrada fundamentalmente en la persona de Jesucristo. Para el cristiano, para el católico, Jesús es el Señor, y el Evangelio es el gran proyecto de vida y ésa va a ser la centralidad", insiste en tono pausado.

Eso significa que todo creyente, por el hecho de ser discípulo, tiene que ser misionero en su ambiente, en su hogar, en su trabajo, en el colegio con acciones pastorales específicas. "Como dice el documento de Aparecida, la alegría de ser cristiano significa que yo donde estoy quiero proyectar mi fe a los demás. Obviamente, estamos hablando de los laicos".

El alcance último no es menor si se considera que la gran mayoría de los católicos son laicos y los pastores son los menos, acota. Consultado si se viene una revolución en la Iglesia, contestó que "ése sería nuestro anhelo. Que se haga realidad el título de Aparecida: discípulos y misioneros de Jesucristo para que nuestros pueblos en Él tengan vida".

Para monseñor Goic, la tarea de las próximas semanas y meses será dura, ya que habrá que buscar estrategias para lograr estos fines, pero expresa confianza en recuperar una idea teológica del Concilio Vaticano II. El marco pastoral también mantendrá el proyecto de la renovada opción preferencial por los pobres, y que se impulsará en todos los debates que hay sobre la dignidad de las personas y en la necesidad de tener un país más equitativo, especialmente para los más humildes.

En nuestra parroquia de la Sagrada Familia de Sindempart comenzamos al final de septiembre a repartir liturgias de la palabra y a pedir a los fieles durante la semana preparar en grupos las lecturas del próximo domingo. Bajo el lema" donde hay dos o tres familias reunidos en su nombre allí estará el Señor " Cada domingo repartimos entre los fieles que asisten a la misa dominical unos 100 liturgias para su iglesia casera. Los últimos domingos ya hemos visto los primeros frutos de este trabajo novedoso y algunos grupos han dado testimonio durante la misa.Es muy beneficioso hacer con amigos o vecinos la liturgia de la palabra en su casa y meditar y comentar la palabra de Dios para conocer y amar a Jesúa y convertirse en su apóstol.